«Dajana, Dios nos acompaña»
«El adiós«
Pasados unos segundos, Dajana, acariciándola con la mirada, le dejaba irse con un dulce adiós que la chiquilla supo interpretar a la perfección. Mientras, sus finos brazos, se alargaban hacia donde no marcan las brújulas y se dejaba llevar a ese lugar desconocido; ese lugar del nunca, del ¡jamás…!
Novoartess: P&c