Animation Bordeaux

Se habla , se dice, se propone, se discute, se crean falsedades, se
distorsiona, se miente…
He notado un cambio en el comportamiento humano sin precedentes desde el COVID 19.

El eslogan de ´vivir el momento´, deja sin vida los momentos de quienes nos
sucedan. No digas que amas el planeta. Simplemente para un poco y deja de viajar tanto que ya tenemos bastante con todo lo que se desprende desde el espacio y hace contaminar la tierra; todo lo que envuelve a la ésta.

Al ver todos los lanzamientos de misiles de corto y largo alcance, los
billones de casquillos de metal esparcidos por los mejores prados, la chatarra que creamos y tiramos, el consumismo, la obsolescencia programada, y la barbarie destructiva que parece ser que no podemos arrancarnos, me entristece en
gran medida.

Esa destrucción se pega a nosotros como un chicle en la suela del zapato
dejando a su paso, experiencias inolvidables, pero más hambre de la que
provocan las propias guerras, porque nunca se tiene bastante. Uno no encuentra el agua que calme tal sed de experiencias.

Vivir intensamente puede ser cualquier acto de apaciguamiento; ese momento
corto o más largo que te permite ser dueño del tiempo y, no que éste, te
condicione para hacer una maleta, deshacerla, planificar un viaje y regresar cansado como una bestia que ha trabajado en el campo durante un día entero.

No sabes cuanto bien harías si dejaras de moverte tanto. ¿ Ya no recuerdas
la regeneración que se produjo en todo el planeta cuando, por el COVID 19, se
vió abocado a parar o frenar un poco?

Yo tengo otro sueño: espero que algún día despierte la masa convertida en
individuos independientes, con sus propios sueños ; con sueños sin contaminar y
que surja en ellos la apetitosa búsqueda de felicidad y que, por fin la
alcancen.

Con este vídeo quisiera encender esa pequeña chispa para que entre en calor
un sueño.

María Preciosa Cabral Pérez.